El historiador de La Habana, Eusebio Leal, resaltó hoy que los nexos existentes entre República Dominicana y Cuba son parte de la unión antillana, el sueño acariciado por uno de los más grandes pensadores de la región: Eugenio María de Hostos.
En una conferencia de prensa con los comunicadores que cubren la visita iniciada hoy por ese intelectual a este país, Leal dijo: "todos sentimos este culto y de ahí viene una relación histórica entre República Dominicana y Cuba. Es más, no es posible concebir la una sin lo otro." Evocó que en esa formación intelectual pesaron mucho maestros como los hijos de la insigne y venerable Salomé Ureña: Max, Pedro y Camilo Henríquez Ureña, quienes se desempeñaron en la casi bicentenaria Universidad de La Habana y dejaron una huella profunda en el sentimiento nacional.
Recordó que mucho antes influyeron los ideales de la Trinitaria (proceso independentista dominicano) en la forja de la nación cubana, incluso cuando Santo Domingo vivió la división entre sus propios hijos, un puñado de ellos buscó el camino de Cuba.
Sólo allí comprendieron que se harían ciertas aquellas duras y dolorosas palabras de Máximo Gómez, uno de los padres de la independencia cubana, al afirmar: "cuando vine a sufrir y a padecer por este pueblo infeliz creí que lo hacía por la Humanidad".
Dijo de Gómez que todo lo dio por Cuba, no solamente su brazo y su ingenio, sino también sus ideas y fue un hombre de sentimientos muy profundos, de extraordinaria generosidad y tan es así que murió en pobreza, solo acogido y arropado por el cariño del pueblo.
Aseguró que la patria no es sólo donde se nace, sino también donde se lucha y donde se muere, y en Cuba nacieron de su esposa Bernarda, Margarita, Leticia, Urbano, Máximo, Bernardo y Panchito, este último caído a los 20 años de edad en un acto de heroísmo impar junto al más grande caudillo independentista cubano, Antonio Maceo.
Es interesante que Panchito antes de morir con la mano izquierda haya escrito que su última carta la dirigía a su padre o a cualquier dominicano.
Quiere decir, nunca el padre dejó de sembrar en sus hijos el amor a la República Dominicana, observó Leal.
A una pregunta de una periodista sobre el lugar donde deben estar los restos de Máximo Gómez, Leal respondió: "está donde está y Santo Domingo y Cuba están donde quieren y deben estar. Juntas en el espíritu, la poesía, la literatura, el arte, en la pasión por la libertad".
Añadió que esto es así hasta el extremo de que el testamento político de José Martí lo hace a don Federico Enrique Carvajal en República Dominicana. Y hace al final una interrogante: "¿Y quién me pone patria a mí? (hablando de Cuba y Santo Domingo)".
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