Luis Almonte se levanta cada día a las cuatro de la madrugada, va al mercado nuevo de la avenida Duarte, o a veces va los días de plaza al de San Cristobal donde encuentra mejores precios, allí compra los vegetales que luego trae a su puesto de venta en plena avenida Independencia donde a diario le vende a las amas de casas del sector sus legumbres, también le vende a los transeuntes casuales que quieren llevar tomates, o ajies, ahuyama o lechuga.
Luis lleva màs de ocho años vendiendo vegetales en las calles, a su 53 años de edad no le queda otra alternativa. Cuando tenía 45 lo cancelaron en una fabrica de bloques en Herrera, desde entonces jamás a conseguido trabajo pues en el país no existe ninguna legislación que obligue a los empleadores a otorgar la plaza de trabajo al primero que la solicite y pueda desempeñarla sin ser discriminado por la edad. No hay nada ni nadie que garantice la igual oportunidad de empleo, es mas, el descaro llega a tal punto que en los anuncios de empleo lo escriben: El solicitante desde tener entre 18 y 35 años de edad. O sea que después de 35 años de edad no hay quien consiga un trabajo en este país de Juan Pablo Duarte.
Nuestros legisladores son muy capaces cuando tienen que repartirse 70 millones de pesos para la habichuelas con dulce de la semana santa o cuando tienen que repartirse 114 millones para comprar electrodomésticos para el día de las madres, pero a ninguno se le ha ocurrido presentar un anteproyecto de ley que obligue a los empleadores a otorgarle el empleo al primero que lo solicite sin tomar en cuenta su edad, su sexo o su afiliación política...
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